Sebastián Barrandeguy consigue con impecable definición una selección que podría ser casi tautológica de los objetos encontrados, estos son desactivados en apariencia, capas de lienzo, maderas, libros.
Profundizando en las señales de su obra, la acumulación de piezas y su hermetismo logran componer un objeto de dimensiones variables, en donde se pone de manifiesto la relación que el artista tiene con el sistema de objetos que lo rodea, su obra está plagada de huecos ajustados, hendiduras por las que seguir hurgando.
Es en este sentido que podemos encontrar en estas formas variables la composición que Barrandeguy genera y que está dada por una trilogía de la memoria depositada en la utilidad de los objetos, en la pregnancia de su utilidad y en la transformación de sus significados.
La obra de Barrandeguy hila el tiempo vivo que se genera entre el recuerdo y la permanencia de la imagen que sobre el objeto se tiene y sus cualidades. Como tableros de construcción, el artista logra conectarse y ofrecernos un canal personal con su tiempo actual, provoca una evocación estética por acumulación y yuxtaposición de objetos y es en esa estética en la que el objeto puede ser absorbido por la contemporaneidad del observador.
Lic. Jacqueline Lacasa
Montevideo, agosto 2010.