Gea

2020 - Madera y acrílico.

La sensibilidad y la memoria emotiva tienen puntos de referencias y coordenadas internas y externas.

La concepción estética sucede en un tiempo y espacio que está construido internamente, transformado y quizás hasta creado a partir de las coordenadas "reales" que sensiblemente abren los caminos.

Deambulamos sin buscar, pero aparecen lugares y referencias que nos despiertan, que funcionan como detonadores.
Con el tiempo podemos armar un mapa que une esos puntos, formando líneas, planos y espacios. La topografía física se cruza con la interna.
Los mapas se superponen como un mapa político sobre uno físico.

La muestra "El azar de la geometría" fue un punto de inflexión en mi línea de trabajo, por conectar de manera simbiótica la representación plástica con los puntos topográficos y emocionales, de una forma que cada uno de ellos no volverán a ser los mismos sin el otro.

El encontrar y descubrir lo esencial de cada uno de esos territorios y su unidad, hacen que la comprensión y creación sean más simples y ejercen una atracción casi gravitacional sobre otros elementos y lugares, que se incorporan y ensanchan este sistema.

Este nueva bifurcación del camino, GEA, se abre paso dentro de estos planos físicos, mentales y sensibles.
Es una investigación sobre la relación de estos planos y sus equilibrios.
La naturaleza contiene el territorio que nos da una identidad emocional y en donde la plástica encuentra los elementos para hace su juego.